viernes, 27 de mayo de 2011

La maté porque era mía.


Eso es lo que responderá el todavía Presidente del Gobierno, el señor Zapatero, cuando en un futuro se esclarezca el asesinato político perpetrado el día de ayer, y el principal responsable tenga que responder ante la opinión pública. Me estoy refiriendo, obviamente, a la renuncia a presentarse a las primarias hecha pública ayer por Carme Chacón.

Esto porque, a día de hoy nadie [que quiera publicarlas] dispone de pruebas suficientes como para plantear una acusación formal. No obstante, aún sin pruebas incriminatorias, sí disponemos de una serie de indicios que nos pueden llevar a encontrar al asesino, al menos desde mi punto de vista. y estos indicios se han ido multiplicando desde el día de la hecatombe socialista, el día de las municipales. Porque nada de lo que ha ocurrido desde aquel día ha sido por casualidad, todo ha sido programado milimétricamente.

Empecemos por la aparición de Zapatero el mismo día 22, en luctuosa rueda de prensa, acompañado de media docena de respetuosos lacayos. A nadie se le escaparon las ausencias, las de Carme y Alfredo, pero también la de Pepe, cuyo puesto como presidente del Congreso quizá lo exculpe, pero el hecho es que no estaba. Y es que cualquiera que estuviera pensando en barajar la posibilidad de quizá en un momento dado, presentarse a la sucesión que comenzaba entonces tuvo buen cuidado de no aparecer con el equipo derrotado. En ese momento parecía que el proceso de primarias estaba en marcha, tal como había establecido el Presidente el 2 de abril, el día que anunció que no se volvería a presentar en las próximas generales.


Pero no todo el mundo estaba por la labor de jugar al juego que quería el Presidente. Y aprovechando los malos resultados de las elecciones, al día siguiente comenzaron a surgir las primeras voces autorizadas (hablo de el Lehendakari) que ponían encima de la mesa la conveniencia de suplir el proceso de primarias con un congreso. Lo cual cambiaría radicalmente el panorama de esta recta final de legislatura que encaramos, porque del congreso saldría un nuevo secretario general, lo cual pondría en una situación insostenible al gobierno, que se vería en la obligación de convocar elecciones.

Y esto es algo por lo que no está dispuesto a pasar Zapatero. Vale que tenga que irse porque incomprensiblemente el electorado premie a la derecha cuando él es el que está haciendo realmente política de derechas, pero que lo echen de mala manera, de su propio partido .... eso ya es demasiado. El partido le debe mucho y éste es un buen momento para empezar con los agradecimientos. Empezando por la continuidad de su espíritu. Porque la celebración de unas primarias era una jugada a todas luces maestra. Es casi seguro que en ellas vencería Chacón sobre Rubalcaba, pero no sólo eso. Nombrar candidato a las próximas generales no implica remozar el partido, eso se da por asumido. Y aunque muchos dicen que el candidato socialista tiene todas las de perder, salvo debacle monumental (que todo puede ser con este electorado de ahora, tan malmandado) nadie le negará una segunda oportunidad, sin cambiar en el PSOE sustancialmente, ni en cuestión de políticas ni de personas.

Y llegados a este punto nos encontramos con dos bandos dentro del PSOE, por un lado la mayoría de los barones, que después del 22-M han perdido el respeto al presidente, y por otro lado Zapatero con algunos incondicionales. El primer grupo aboga por proclamar a un nuevo secretario general en un congreso, y el segundo por celebrar primarias. Y en vista de que puede haber una salida digna para (casi) todos, intercambian cromos. Sólo queda un pequeño detalle por resolver, y se llama Chacón. El jefe ha de encargarse de ella, después de todo, es suya. Es un precio asumible por llevarse el gato al agua.

Esta mañana se ha celebrado el Comité Federal del PSOE, pero desde ayer por la tarde todo estaba ya pactado. El partido propone como candidato a las .... primarias .... a Rubalcaba. Todos conformes. No habrá enfrentamientos internos porque se da por descontado que no habrá mas candidatos. Tampoco habrá congreso. En su lugar se celebrará una "conferencia política" en septiembre que marque la línea política del partido en las generales. Zapatero respira después de haber salvado su primer match ball. Podrá confeccionar las listas y se asegura la continuidad de su línea política en el tiempo. Salvo que ocurra otra hecatombe en las generales. O salvo que salte un tapado en estas pseudoprimarias. Pero ese será otro partido y habrá de jugarse en su momento.